“La
actitud es una pequeña cosa que hace una gran diferencia”. Así es nuestro
protagonista, Rodolfo Angulo Vidal, popularmente conocido como “Fito”. Nos
encontramos ante una persona llena de actitudes positivas.
A sus 40 años, ha cruzado la meta de 7
Medio Iron Man, unos 30 triatlones de corta distancia (olímpicos y sprint) y
multitud de carreras populares y pruebas de ciclismo.
Vive el deporte de forma íntegra, sana y
con la mayor de las ilusiones posibles. Conozcamos mejor, a continuación, a un
referente del triatlón de La Puebla de Cazalla.
F: Vamos a
empezar con una cuestión profunda. De cientos de deportes que existen, ¿por qué
el triatlón y no el fútbol o el pádel? ¿Cuándo empezaste a practicarlo? ¿Qué
significa para ti este deporte?
R:
En realidad, empecé con el triatlón por casualidad. Yo practicaba otros deportes
que forzosamente me suponían entrenar con alguien y en algún sitio en concreto.
Tenía un horario laboral muy complicado y necesitaba un deporte que se pudiera
entrenar a cualquier hora, en cualquier sitio y que pudiera hacerlo solo, sin
necesidad de depender de alguien más.
Fue un compañero de trabajo que
me habló del triatlón y fue él quien me inscribió en el triatlón Sprint de Alanís (750 m. de nado, 20 km.
de bicicleta y 5 km. de carrera a pie). Recuerdo que me inscribió un martes y
el sábado de la misma semana era el triatlón. Yo no había sido ni nadador ni
ciclista ni atleta, no tenía ni bicicleta, hacia 15 años que no nadaba y solo había
corrido para mantenerme en forma. Pero a priori esa distancia parecía muy
asequible y pensaba que podría hacerla sin problema. Esa misma semana me compré
una bicicleta muy básica que por motivos laborales no pude estrenarla hasta el
mismo día del triatlón.
Así
que nos presentamos un sábado de agosto en Alanís para hacer el triatlón. Los
750 metros de natación se me hicieron eternos, y eso que no se nadaba en aguas
abiertas, era contrarreloj y se nadaba en una piscina, pero aún así terminé
mareado y me monté en la bicicleta como pude. El tramo de bicicleta era un
circuito de tres vueltas, pero entre el cansancio y tratando de entender los
cambios de la bicicleta, yo andaba un poco despistado y en la primera vuelta ya
no podía más y me quería meter a boxes. Cuando los jueces me dijeron que aún me
faltaban 2 vueltas, se me vino el mundo encima, pensé que no sería capaz de
terminarlo, finalmente completé las tres vueltas y empecé los 5 km. de carrera
a pie. La carrera a pie la hice medianamente bien para como había empezado este
tramo. Al llegar a meta estaba casi muerto, pero a la vez la satisfacción era
enorme, en ese momento el triatlón me enganchó para siempre. Tanto me enganchó
que a los dos meses cogí un avión y me presenté en el Garmin Barcelona Triatlón
para hacer la distancia olímpica (1,5 km – 40 km – 10Km) esta vez ya llevaba
dos meses de entrenamiento y las sensaciones fueron mejores. A partir de ahí el
triatlón entró en mi vida.
F: Creo que
antes has practicado otros deportes de forma regular como el boxeo. ¿Cuál ha
sido tu trayectoria deportiva?
R:
Bueno, yo siempre he hecho deporte, comencé desde muy pequeño con las artes
marciales. Empecé con el judo y el karate. Luego a la edad aproximada de 8 años
empecé con el boxeo, en mi barrio, en mi ciudad natal (Lima). Allí entrenaba
casi jugando, incluso en el colegio a la hora del recreo era común echarse unos
guantes con los amigos y también con los no tan amigos, era algo normal, no
estaba mal visto. Sé que ahora han cambiado las cosas en mi país, ahora está
todo mas controlado, pero por aquel entonces era algo normal, nadie decía nada
ni nadie se quejaba.
Luego
comencé a practicar el baloncesto con cierta regularidad, pero siempre
practicando a la vez los deportes de contacto. En el complejo deportivo donde
jugaba al baloncesto se encontraban las instalaciones de la Federación Peruana
de Boxeo, y allí empecé a entrenar como boxeador amateur, conocí a gente de
todo tipo, lo recuerdo como una época muy bonita, pero lamentablemente el entorno
del boxeo estaba muy viciado, de todos los que entrenábamos allí, creo que yo
era el único que no tenia antecedentes penales. Nunca tuve grandes problemas
con los compañeros, pero a veces la convivencia era muy complicada. Yo seguí
entrenando todo lo que podía, haciendo buenos combates y destacando en mi peso,
hasta que entré en la facultad y tuve que dejar el boxeo para centrarme en los
estudios, pero continúe con el baloncesto que me requería menos tiempo y el
entorno era más amigable.
Al
llegar a España continué con mis estudios y retomé los deportes de contacto,
practicando Kick Boxing, Jiu Jitsu brasileño y “Vale Tudo”. Ya trabajando y una
vez obtenida la nacionalidad española, participé en el Campeonato Europeo por
clubes en Portugal, representado al club Gracie Barra de Sevilla en la
categoría de 78 kg., ganando 7 combates seguidos, con apenas descanso entre
ellos. Todos los combates los gané por KO y me quedé a las puertas de las
semifinales perdiendo mi octavo combate a los puntos con un luchador ruso. Finalmente
quedé el 5to europeo de mi peso ganando mi último combate a un luchador lituano,
también por KO.
En
aquel entonces empecé a adquirir cierta responsabilidad en el trabajo y era
poco profesional llegar a la oficina con alguna marca en el rostro, además
pasaba muchas horas fuera de casa para poder entrenar y eso era incompatible
con querer formar una familia, así que lo fui dejando poco a poco, hasta que
encontré el triatlón.
F: ¿Qué
diferencias existen entre realizar actividad física aquí con respecto a tu país
de origen? Háblanos un poco de cómo era tu vida en Perú, ¿es tan diferente a tu
día a día en La Puebla?
R:
Es muy difícil responder a estas preguntas porque existen muchos factores y
condicionantes para describirlos correctamente.
Obviamente
Perú, con respecto a España, en cuanto a ayuda al deportista esta a años luz.
En Perú todo, o casi todo, gira en torno a la capital (Lima). Las mejores
instalaciones se encuentras allí, los mejores clubes de cualquier tipo se
encuentran allí, incluso los mejores deportistas, aún siendo de otra ciudad,
viven en Lima. Si a esto le sumamos que practícamele los futbolistas de primera
y segunda división son los únicos que ganan dinero con el deporte, hace que sea
muy difícil que alguien pueda vivir de cualquier otro deporte. Las federaciones
que no sean de futbol no tienen suficientes medios o ganas de crear escuela por
el resto del país, es un país muy centralizado, justo lo contrario que España,
y eso hace muy difícil el crecimiento deportivo de una nación.
Dicho
esto, también quiero resaltar que a nivel aficionado en Lima se vive mucho el
deporte. Es una ciudad con un clima estupendo, prácticamente no hace frío.
Aunque no existan ayudas de las instituciones, la gente hace mucho deporte,
cada uno con sus recursos y sus limitaciones. En ese sentido es una ciudad muy
activa.
Mi
vida en Perú fue muy diferente a lo que hoy en día es en La Puebla. Primero
porque mi ciudad tiene cerca de 10 millones de habitantes; cuando llegué a
Sevilla me parecía un pueblo; cuando ya me estaba acostumbrando a Sevilla el
amor me trajo a La Puebla; y cuando ya me estaba acostumbrando a La Puebla, mi
mujer y mis hijos me trajeron al campo. Ahora vivo en el campo sin vecinos
alrededor, vaya diferencia de cuando vivía en Perú!!!
Pero
en realidad la diferencia más importante no ha sido el cambio de país, ni de
ciudad, ni de entorno, sino el ir adquiriendo responsabilidades en las
diferentes etapas de la vida. En Lima yo vivía en un barrio de clase media, un
barrio tranquilo. Vivía con mis padres y hermanos en una casa normal. Éramos
una familia normal, tuve una infancia y una adolescencia muy feliz. No vivíamos
en la abundancia pero nunca nos falto nada, tuve una vida sin responsabilidades
y vivía como cualquier occidental de mi edad.
Al
llegar con mi familia a España las cosas cambiaron, primero viví una transición
académica. Luego empezó mi vida laboral. Ahora tengo un trabajo, tengo una
mujer, tengo dos niños, tengo una hipoteca, hasta tengo animales que cuidar en
el campo. En definitiva, una etapa de la vida completamente distinta a la que
tenía en mi país. Ahora soy un padre de familia con una responsabilidad que
antes no tenía, y esa es la gran diferencia.
F: Eres una
pieza clave en la sección de Triatlón del Club Deportivo La Antorcha, no solo
por las gestiones que realizas, sino por los valores que trasmites a tus
compañeros ¿Qué significa para ti este club?
R:
Bueno, en realidad en La Puebla aún estamos en pañales respecto a nuestras
localidades vecinas en lo que a triatlón se refiere. Algunos de nosotros, aunque pertenecíamos a
La Antorcha, estábamos federados en triatlón en clubes foráneos, y un día
surgió la idea de incluir el triatlón dentro del Club La Antorcha. Lo hablamos
entre nosotros y expusimos nuestra inquietud al club, y desde un principio la
Directiva se mostró interesada con la propuesta.
A partir de allí se empezaron a
hacer los trámites en la Federación Andaluza de Triatlón para dar de alta al
club. Los trámites que me tocaron a mí los hice con mucho gusto. De todas
maneras quiero indicar que esta modalidad se ha incluido en los estatutos del
club, la responsabilidad de todas las actividades, incluidas el triatlón es
exclusivamente de la Junta Directiva.
Las
carreras de atletismos siempre las he hecho con La Antorcha y desde que el club
ha incluido la sección de triatlón en sus estatutos, la verdad que es un
orgullo llevar el nombre de La Antorcha por todos lados donde competimos. Aún
somos pocos los que practicamos esta modalidad deportiva en La Puebla, pero
estamos convencidos que poco a poco se nos irán uniendo más aficionados. La
Puebla cuenta con muy buenos atletas y con muy buenos ciclistas, y sobre todo
tenemos el apoyo del “Míster”. Creo que es cuestión de tiempo que el grupo vaya
creciendo.
F: Siendo padre
de dos niños pequeños, marido, hijo… ¿Cómo compaginas los entrenamientos con la
familia? ¿Te sientes apoyado por ellos? ¿Te gustaría que tus hijos fuesen
triatletas?
R:
Sin el apoyo de mi esposa esto no sería posible. Estoy entrenando bastante y, como
les pasará a muchos en este club, es muy difícil compaginar los entrenamientos
con la vida familiar. Afortunadamente el trabajo que tengo ahora me permite
estar mucho tiempo con mis hijos y eso hace que pueda ausentarme durante
algunas horas, especialmente los fines de semana. Aún así, cuando ambos padres
trabajan es complicado entrenar, pero con el apoyo de la pareja y llegando a un
equilibrio creo que se puede sacar tiempo para practicar nuestros hobbies.
Mis
hijos están creciendo en un entorno donde sus padres son aficionados al
deporte, es probable que ellos también practiquen alguno. Pero creo que lo más
importante es que se desarrollen como personas, sin ningún tipo de presión al
respecto. Tendrán mi apoyo para cualquier deporte que quieran practicar; lo
importante es llevar una vida sana y espero que sepan encajar el deporte en
ello.
F: Y si a lo
anterior le añadimos que tienes un trabajo exigente que te hace viajar mucho
por el mundo, supongo que tendrás que hacer encajes de bolillos para seguir los
planes de entrenamiento, ¿no? Cuéntanos en qué países has entrenado y alguna
anécdota o experiencia curiosa que te haya pasado por el mundo.
R:
La verdad que es muy difícil llevar una continuidad en los entrenamientos
debido a los múltiples viajes y desplazamientos por trabajo. Llevo mucho tiempo
practicando triatlón, pero debido al trabajo nunca había entrenado con
regularidad. Siempre tuve grandes parones y cuando volvía a entrenar era como
empezar de cero. Aún así, siempre que viajo lo primero que meto en la maleta es
el material deportivo, zapatillas, ropa, gafas de nadar y dependiendo del
destino y de la duración del viaje me llevo incluso la bicicleta.
Cuando
los desplazamientos son cortos, de una o dos semanas, es muy complicado entrenar
porque el trabajo suele ser muy intenso, intento buscar un hueco para correr o
nadar. Pero ha habido ocasiones que el trabajo no me ha dejado entrenar nada.
Si
el desplazamiento en más largo, me lo planteo de otra manera, ya que suelo
tener más tiempo para entrenar, sobre todo los fines de semana. En este tipo de
viajes siempre me he llevado la bicicleta conmigo y dependiendo del país que
vaya me llevo la bicicleta de carretera o de montaña.
Anécdotas
tengo muchas, con todo lo que he viajado me han pasado muchas cosas, pero en el
ámbito deportivo también he tenido experiencias curiosos. Por ejemplo, cuando
estuve en Rumanía, vivía al norte del país, en la frontera con Ucrania. Allí
las temperaturas son extremas tanto en verano como en invierno. Cuando llegó el
invierno las temperaturas no subían de -20 ºC; cuando tenía ganas iba a un
gimnasio pero se me hacia muy duro correr en una cinta y estar siempre
encerrado, no aguantaba allí más de media hora y me iba a casa; hasta que un
fin de semana subieron las temperaturas y la máxima era de -7ºC, las ganas
pudieron conmigo, me puse todos los atuendos y salí con la bicicleta. Había
mucha nieve y di una vuelta de 1h30 más o menos; iba bien abrigado y con gafas pero
no me cubrí la cara, cuando llegué a casa no podía hablar, tenía la cara
congelada, y yo no había sido conciente de ello. Mi compañero estaba más
asustado que yo, me quería llevar al hospital, pero a mí no me gustan los
hospitales. Así que puse la cara cerca del radiador y en una hora ya tenia la
cara descongelada, fue un susto que menos mal se quedó en nada.
En
otra ocasión, y ya con buen tiempo, el club ciclista con quienes yo salía en
Rumanía organizó un fin de semana de BTT en los Montes Cárpatos, en la región
de Transilvania, así que cargamos las bicis en los coches y nos fuimos hasta
tierras de Drácula. Esta región es una de las zonas con mayor cantidad de osos
de Europa, y por el bosque había carteles advirtiendo del peligro por ataque de
osos. Éramos unos 30 ciclistas, yo me quedaba en medio del pelotón por si
acaso. Mis compañeros iban bien preparados, llevaban campanas colgadas en los
manillares y bocinas de esas que se ven en los estadios y hacían ruido todo el
rato, así los osos no se veían sorprendidos de nuestra presencia y huían por el
ruido. Menos mal que por ahí no apareció ningún oso, fue una experiencia muy curiosa.
Otra
anécdota que recuerdo, esta vez con gratitud, es cuando estuve en Noruega. Llegué
en primavera empezando el verano. Salía de trabajar, cenaba y a las 21:00 más o menos salía con la
bicicleta y no volvía hasta las 24:00 o incluso más tarde. A esa hora aún era
completamente de día. Era muy bonito salir con la bicicleta hasta tan tarde y con
tanta luz, siempre iba por una ruta distinta para conocer más sitios. Y así
tengo muchas anécdotas cuando estuve en Rusia, Alemania, Holanda…, pero lo
importante es siempre tratar de disfrutar donde sea, y sacar tiempo para lo que
verdaderamente nos guste.
F: 7. De las
muchas pruebas en las que has participado, ¿cuáles han sido las que mejor
recuerdo te han dejado y cuáles son las más duras, en las que has sufrido lo
insoportable?
R:
Bueno, cada vez que cruzo la línea de meta es algo especial, cada prueba tiene
su encanto. He hecho varios triatlones, incluso fuera de España y cada uno
tiene una motivación particular. Pero quizás la que mejor recuerdo me ha dejado
es el triatlón Titán Sierra de Cádiz, tanto por su dureza como por su belleza. Fue
una distancia medio Ironman, fueron 2 km. de nado en el pantano de Zahara de la
Sierra, 90 km. de bicicleta subiendo a los puertos de Las Palomas y El Boyar y para
finalizar una media maratón muy dura que empezaba en el pantano, pasando por
Algodonales y terminando en el centro de Zahara de La Sierra. El recorrido es
espectacular y la gente de los pueblos muy volcada animando a los corredores.
Cuando crucé la línea de meta, después de haber sufrido tanto, la satisfacción
y el orgullo eran inexplicables. Es una carrera que creo que todo triatleta
debe hacerla y tengo en mente repetirla algún día.
Otro
triatlón muy especial para mí, y para muchos moriscos, fue el I Triatlón de La
Puebla, por todo lo que ello supone. Creo que ha sido un inicio y espero que
sea una continuidad tener esta modalidad deportiva en nuestra localidad. Espero
que la gente se vaya a animando a participar y el triatlón morisco vaya
creciendo poco a poco.
Donde he sufrido lo insoportable
ha sido en el tramo de carrera a pie de las dos últimas ediciones del medio
Ironman de Sevilla (1,9 km. de natación, 90 km. de bicicleta sin drafting y 21
km de carrera). En teoría el circuito no presentaba ni una dificultad ni una dureza especial,
siendo la carrera a pie absolutamente llana. A estos triatlones llegué con un
buen estado de forma, había entrenado bastante, más que nunca. Desafortunadamente,
en ambas ediciones, la deshidratación y la alimentación en el tramo ciclista me
jugaron una mala pasada, hacía mucho calor y terminé el tramo de la bicicleta
completamente deshidratado. Tuve que afrontar una media maratón ya muy tocado.
Fue muy duro correr los 21 km. con vómitos, calambres, mareos, dolor abdominal,
escalofríos, dolor de cabeza y una sensación que parecía que me iba a morir. Estuve
a punto de abandonar la carrera, pero gracias a los ánimos de mis compañeros Picota
y David pude cruzar la línea de meta, exhausto y desfallecido, pero al fin y al
cabo llegando a ser “Finisher” entrando en la mitad de la clasificación
general.
F. Tu próximo
reto importante es el Iron Man de Gandía, en el mes de octubre. ¿Qué
expectativas tienes y cómo te estás preparando para ello? Coméntanos cómo es
esta prueba para que sea denominada una de las más duras del mundo, de ahí su
traducción como “hombre de hierro”.
R:
La prueba consiste en realizar 3,8 km. de nado en el mar, 180 km. de bicicleta sin
drafting (prohibido ir a rueda de otro ciclista o ir en pelotón) y finalmente
hacer una maratón.
Es un reto muy complicado que me he
propuesto realizar este año, el 18 de octubre en Gandía. Desde que empecé con
el triatlón hasta ahora he hecho 7 medio Ironman, siendo “Finisher” en todas
ellas y este 23 de agosto haré otro en Posadas -Córdoba-, por tanto creo que ya
era hora de dar un paso más en esto del triatlón y debutar en una distancia
Ironman. Desde que cambié de trabajo hace dos años, tengo un poco más de tiempo
para poder entrenar. Mis viajes ya no son tan seguidos ni tan prolongados en el
tiempo y eso me permite tener una continuidad en los entrenamientos que antes
no tenía.
Evidentemente
al ser mi primer Ironman, mi expectativa es poder terminarla, no me pongo ni
tiempos ni ritmos, solo con terminarla ya cumpliría con creces mis
expectativas. Es una prueba muy complicada donde puede pasar cualquier cosa,
son tres deportes que se hacen el mismo día, y en cualquiera de los tres segmentos
puedes tener un mal día Pero creo que el segmento ciclista es fundamental para
ser “Finisher” o no serlo, hay que pedalear lo suficientemente rápido para que
no te quedes fuera por el tiempo de corte en dicho segmento; pero a la vez hay
que reservar mucho porque luego hay que correr una maratón; creo que la clave
es saber encontrar un equilibrio entre ambos.
Son
muchas horas sufriendo y haciendo un esfuerzo grande y constante; hay que
hidratarse y alimentarse correctamente antes y durante la carrera, si algo falla
todo se puede ir al traste. Por eso con cruzar la línea de meta dentro de las
17 horas que te da la organización estaría más que satisfecho.
Actualmente
entreno 6 días a la semana, solo descanso los viernes. Ahora estoy en un
periodo que hago a la semana unos 6 km de natación, unos 200 km de bicicleta y
unos 35 km de carrera a pie. El volumen de entrenamiento será mayor desde
finales de agosto hasta finales de septiembre.
Lógicamente
todo esto sería imposible sin una buena planificación de entrenamiento, por eso
desde aquí quiero dar las gracias al “Míster” Francisco Hormigo Gamarro, que de
forma absolutamente desinteresada está llevando los planes de entrenamiento
para todos los niveles del triatlón, incluido mi preparación para poder
enfrentarme a este reto tan complicado. Cuando le comuniqué mi intención de
realizar esta prueba, me apoyó incondicionalmente y religiosamente cada tres
semanas recibimos en nuestros correos dichos planes. Es complicado y laborioso
realizar tantos planes de entrenamiento, ya sea para atletismo como para
triatlón, por eso mi reconocimiento, agradecimiento y admiración a Fran.
F: Fito, gracias
por tus palabras porque nos has enseñando muchas cosas. Hemos aprendido que la
victoria empieza cuando tú quieres, no cuando el resto te deja. Eres un ganador
de la vida, porque disfrutas con todo aquello que haces. Mucha suerte en tu
reto Iron Man, toda la Antorcha te mandará fuerza ese día.
Entrevistador: Francisco
Hormigo Gamarro (F).
Entrevistado: Rodolfo Angulo
Vidal (R).